A ratos las cosas que son o creemos vitales parecen alejarse de nosotros. Las vemos a la distancia, como un trozo de nuestra propia esencia que se nos escapa, desgarrando las convicciones o las emociones y nos permiten darnos cuenta, una vez que la inevitable sensación de vacío y tristeza pasan, que cada paso dado va forjando nuevas cosas trascendentes para vivir. Pero he ahí también un factor de engaño, pues lo que fue importante, o quién fue importante, de una u otra forma nunca deja de serlo...para bien o para mal.
Ayer recordé mil olores conocidos, cuando reconocí tu perfume. Tu perfume que no es tuyo, pues es de todos y ya es mío, aunque sólo hayan sido fracciones de segundo las que quisiste otorgarme. Tu olor evocó todo lo importante, lo trascendente, que ya no lo es, pues simplemente se esfumó. Y se esfumó esparcido en mil recuerdos, en mil imágenes, en mil cuerpos, en mil besos y abrazos, en mil despedidas y en mil comienzos. Y no es perfume de mujer ni de hombre, es sólo olor de ser humano, de esperanza, amor y deseo.
Curioso, pero hoy lo trascendente es tan fugaz, que a ratos no sé si lo sea realmente...anhelos que se desvanecen, que nacen y mueren con un estertor fulminante. Amores que son anécdotas, de aquellos que no quedan escritos más que en la memoria, pues no tienen pasado, presente ni futuro. Pero a veces tienen más fuerza que lo reconocido por cualquiera.
Las confusiones son inherentes al ser humano...laberintos indescriptibles, donde el pensamiento se pierde y cree que todo es más complejo de lo que es en realidad. Realidades paralelas, que conforman mundos tan autodestructivos como esperanzadores, según la ocasión, las ganas y la sensación de triunfo o derrota que a veces nos embargan.
"Tú me preguntas, mirada dulce, si me moriría sin tí. Yo aterrado, me escondo en un vaso cargado de alcohol y te respondo: ¡maldita sea!, no lo compruebes por favor..."
Hoy extraño el ayer...y mañana extrañaré el hoy...
He dicho...
Ayer recordé mil olores conocidos, cuando reconocí tu perfume. Tu perfume que no es tuyo, pues es de todos y ya es mío, aunque sólo hayan sido fracciones de segundo las que quisiste otorgarme. Tu olor evocó todo lo importante, lo trascendente, que ya no lo es, pues simplemente se esfumó. Y se esfumó esparcido en mil recuerdos, en mil imágenes, en mil cuerpos, en mil besos y abrazos, en mil despedidas y en mil comienzos. Y no es perfume de mujer ni de hombre, es sólo olor de ser humano, de esperanza, amor y deseo.
Curioso, pero hoy lo trascendente es tan fugaz, que a ratos no sé si lo sea realmente...anhelos que se desvanecen, que nacen y mueren con un estertor fulminante. Amores que son anécdotas, de aquellos que no quedan escritos más que en la memoria, pues no tienen pasado, presente ni futuro. Pero a veces tienen más fuerza que lo reconocido por cualquiera.
Las confusiones son inherentes al ser humano...laberintos indescriptibles, donde el pensamiento se pierde y cree que todo es más complejo de lo que es en realidad. Realidades paralelas, que conforman mundos tan autodestructivos como esperanzadores, según la ocasión, las ganas y la sensación de triunfo o derrota que a veces nos embargan.
"Tú me preguntas, mirada dulce, si me moriría sin tí. Yo aterrado, me escondo en un vaso cargado de alcohol y te respondo: ¡maldita sea!, no lo compruebes por favor..."
Hoy extraño el ayer...y mañana extrañaré el hoy...
He dicho...