jueves, febrero 04, 2010

No sabes

Cuatro copas de champagne, cuatro horas de silencio...silencio que no se rompe con la frase estéril, sino que viene del alma, de aquella herida y resentida, de aquella que ama y odia a la vez. Entre la embriaguez y el desamor, hablamos y leemos...no a aquellos poetas que nutrían los corazones desbocados de los jóvenes, sino que en su estado más puro, cuando rompían botellas y bailaban sobre la Biblia...
Te miro y no te reconozco, quizás porque jamás realmente lo hice...y el ego hace que duela cualquier mierda, pues incluso esas palabras excelsas de amor se convierten en quema de abono cuando nada tiene sentido, cuando incluso el besarse es un acto de resarcimiento, no una entrega.
A la larga, fuimos eso...sólo abono quemado, que no nutre ni siquiera la tierra...a la larga, te vas y lo más dañino es creer que algo se va, cuando ni siquiera estuviste presente, cuando no eres, ni soy, ni seremos...ni el resto será, más que el trazo perdido en medio de una obra maestra...el proceso de lo exclusivo, enajenado en un mar de clichés...

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