Cada fase conflictiva enturbia las aguas, remueve los ánimos y altera los equilibrios. Es el precio a pagar, y cuando las razones son puras y benignas, no hay sacrificio que no valga la pena llevar a cabo en pos del ideal, de los sueños y también de los cariños que se gestan en el camino.
Hoy vencí, vencimos...Goliat acusó el golpe y contraatacó, pero ese no debe ser motivo de tristeza, sino que de gozo...demostró que se le hirió, que debe ceder y transar para que su derrota no sea absoluta. Y no es a la lucha a la que hay que temer, sino que al manejo diplomático que tendrá este Goliat, que intentará obtener su tajada de satisfacción en el armisticio y no en el campo de batalla. He ahí el nuevo objetivo que se deben fijar los "David" que quedan, para que se haga justicia con los caídos.
Nada separa a los que se hermanaron en pos de la lucha, que coincidieron en algún momento de la vida y un proyecto se volvió en un sueño común, en un dar y recibir. Nada ni nadie logra derribar eso cuando la convicción es real, cuando el cariño supera a la pena momentánea y los lazos se transforman en cuerdas asfixiantes para los que intentan romperlas...
Adelante, con la vista al frente...pues hoy no sólo ganamos una batalla, sino que ganamos una amistad...
No hay comentarios.:
Publicar un comentario